Vladimir Putin ha consolidado su lugar en la historia de Rusia, con una victoria en la reelección que le asegura un quinto mandato como presidente del país. Con una oposición inexistente y los medios de comunicación completamente bajo su control, la victoria de este hombre de 71 años no ha sido ninguna sorpresa.
Putin inicia el nuevo mandato enfrentándose a enormes desafíos desencadenados por su invasión de Ucrania en 2022, que ha hecho que las relaciones con Occidente sean cada vez más beligerantes.
Ruptura con Occidente
Mientras la guerra continúa, la ruptura de Rusia con Occidente parece insalvable. Es probable que, en un nuevo mandato de Putin, se haga mayor hincapié en los lazos de Moscú con las potencias orientales, según han observado los expertos.
“Mientras continúe la guerra, e incluso si Ucrania es derrotada, no creo que cambien las actitudes en Occidente. No es como, ‘De acuerdo, ahora la guerra ha terminado y tenemos que restaurar nuestros lazos’ con Rusia”, dice a DW Rajan Menon, experto en Rusia y Putin en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.
Según Menon, el mal estado de las actuales relaciones entre Rusia y Occidente sólo deja a Putin una opción: recurrir a India y China.
Romances florecientes con Modi y Xi
A principios de año, Putin mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro indio, Narendra Modi, en la que ambos líderes se desearon buena suerte en las próximas elecciones. Se espera que las elecciones generales indias se celebren en abril y mayo. Según el Kremlin, ambos “expresaron su interés en seguir intensificando los lazos bilaterales mutuamente beneficiosos”.
Simultáneamente, Putin y su homólogo chino, Xi Jinping, también han estrechado lazos tras la guerra de Rusia en Ucrania. Un ejemplo: cuando Occidente aplicó sanciones en respuesta, Rusia redirigió sus exportaciones de petróleo europeas y envió la mitad de sus exportaciones de petróleo a China. La cuota de India también creció, alcanzando el 40 por ciento en 2022 y 2023.
Rusia necesita a China más de lo que China necesita a Rusia
Según datos de las aduanas chinas, el comercio bilateral de China con Rusia alcanzará los 240,000 millones de dólares en 2023, lo que supone un nuevo récord y supera el objetivo de 200,000 millones de dólares fijado en las reuniones bilaterales del año pasado.
Rusia se convirtió en el quinto mayor socio comercial de China en 2023. En 2020, era el noveno.
“China y Rusia son los vecinos más cercanos en Eurasia y el creciente intercambio comercial es algo natural. Pero la velocidad de crecimiento es anormal, es preocupante”, asegura a DW el sinólogo ruso Aleksei Chigadaev.
Chigadaev subraya el hecho de que Rusia necesita a China más que China a Rusia. “Sin China, la economía rusa se enfrentará a una grave crisis. Por otro lado, si no hay Rusia, China se enfrentará a una crisis, pero no muy grande”, destaca. Esto porque, según señala también Chigadaev, el petróleo y el gas representan el 90 por ciento de las exportaciones rusas a China, un comprador que necesitará cada vez menos de los combustibles fósiles a medida que persigue su objetivo de transición a una economía verde.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, el mundo ha seguido de cerca la relación entre China y Rusia, ya que Pekín ha tendido a Moscú un salvavidas geopolítico y económico.
Menon afirma que uno de los mayores retos de Putin ahora será reducir la dependencia rusa de China, tanto económica como estratégicamente. “Mire a su alrededor y no encontrará ni una sola cosa fabricada en Rusia. Probablemente encontrará cosas fabricadas en China, Estados Unidos o Alemania. Eso es muy revelador. Creo que Putin ve la necesidad de cambiar esta situación”, afirma.
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