Sevilla y Real Madrid se ven las caras en un duelo donde el principal aliciente será Sergio Ramos, que se verá las caras ante el equipo de su vida, nada más y nada menos que 18 años después. Y, cómo no, esos 2 enfrentamientos fueron con la elástica sevillista.
El camero incluso llegó a ver puerta en un empate a dos tras un buen gol de falta, justo, en la temporada previa a desembarcar en el Santiago Bernabéu. Un Sánchez-Pizjuán que lucirá el lleno hasta la bandera y cuya afición ya parece haber dejado atrás aquella época en la que el central era pitado, insultado y abucheado con la camiseta blanca.
Es más, aún escuece ese último gol de Ramos a los de Nervión. De penalti, en el tiempo añadido y con una dedicatoria especial a la zona de los ultras del Sevilla tras unos tensos 90 minutos, los que desataron toda su ira sobre él. Sin duda, será un partido especial, emotivo y donde el ‘4’ jugará con dos corazones en el pecho: uno rojiblanco y el otro, blanco.
Una leyenda con el corazón dividido
Sergio Ramos es pura historia del Real Madrid. Capitán y futbolista que ha pasado 16 temporadas como jugador ‘merengue’. Un total de 671 partidos y la reseñable cifra de 102 goles. Además, 22 títulos como madridista: 4 Champions, 4 Mundial de Clubes, 5 Ligas, 3 Supercopas de Europa, 2 Copas del Rey y 4 Supercopas de España.
Pero el camero no solo ha sido buenos números y buen rendimiento. Ha sido más que eso. Ha sido un líder tanto dentro como fuera del terreno de juego. Un jugador que ha demostrado el amor a los colores de su equipo desde el minuto uno y el que volvió a cambiar la historia del Madrid en Europa, con un cabezazo en Lisboa que inició el camino a la ansiada décima tras 12 años de sequía.
Una bonita historia, pero cuyo desenlace no fue el esperado. Su etapa como madridista finalizó al término de la temporada 2020-21, no con demasiadas buenas relaciones y con la sensación de no haber podido llegar a un acuerdo entre ambas partes para su renovación. Triste y dura realidad.
Mucho que decir sobre el ruedo
Dejando la emotividad a un lado, Sergio Ramos ha llegado a la que primero fue su casa con ese gen competitivo que tanto le ha servido en esta profesión. Salió del PSG tras dos temporadas y, con ofertas económicas más jugosas sobre la mesa, el zaguero no dudó ni un segundo en regresar al Sevilla.
La primera temporada en el cuatro parisino fue completamente para olvidar. Los problemas físicos aparecieron y su participación se vio drásticamente reducida. Tan solo pudo disputar 13 encuentros, aunque sí saboreó el gol en dos ocasiones con los galos.
El segundo curso fue el de su consolidación en el Parque de los Príncipes. Un año donde disputó 45 partidos, de los cuales 42 de ellos fueron de titular. Era un fijo en el centro de la zaga y mejoró sus números con 4 tantos y una asistencia.
Era año de Mundial y los rumores sobre un posible regreso a la Selección Española, esa con la que tantos éxitos e internacionalidades había sumado, eran una posibilidad muy real. Sin embargo, todo quedó en una mera ilusión y el camero no volvió a enfundarse la camiseta de su país por aquel entonces, ni posteriormente, ya que anunció su retirada tras una llamada de Luis de la Fuente donde se le comunicó que no se contaba con su figura.
Ahora, Ramos regresa al Sevilla con un gran reto por delante. Sin pretemporada y con apenas 4 partidos a sus espadas en este comienzo de curso, el camero quiere volver a callar las críticas sobre su edad o rendimiento como mejor sabe hacerlo, dentro de un terreno de juego y demostrando que no ha venido a pasearse, sino a luchar y a demostrar que aún tiene cuerda para rato. Este sábado, otra prueba de alto nivel ante todo un Real Madrid. (Besoccer)
Te puede interesar
¿Quién lucirá la 10 de Messi?
Clásico capitalino engalana jornada cuatro de Reservas
Honduras completa para juego ante Trinidad & Tobago