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Trinidad y Tobago, el país que defiende la operación antidrogas de Trump en el Caribe

“El despliegue por parte del gobierno de Estados Unidos de activos militares en la región del Caribe para destruir a los carteles terroristas de la droga cuenta con el apoyo total del gobierno de Trinidad y Tobago”.

“Las únicas personas que deberían preocuparse por la actividad militar de EE.UU. son aquellas que participan en o facilitan actividades delictivas. Los ciudadanos respetuosos de la ley no tienen nada que temer”.

En aquel momento, las fuerzas estadounidenses estaban parcialmente movilizadas y no se conocía con claridad ni la manera cómo se ejecutaría la operación ni la magnitud del despliegue militar.

La primera incógnita se despejaría el 2 de septiembre, cuando Trump anunció que EE.UU. había atacado una embarcación que supuestamente pertenecía a la banda criminal Tren de Aragua y que aparentemente había salido de Venezuela transportando drogas con dirección a Estados Unidos.

En ese ataque, según el gobierno estadounidense, murieron “11 terroristas”. Desde entonces, se han producido un total de 15 ataques, incluyendo cuatro en el océano Pacífico, en los que han muerto más de 64 personas. Según la cadena estadounidense CBS, socia en EE.UU. de la BBC, la policía de Trinidad investiga si dos de sus ciudadanos murieron en esas acciones.

La segunda incógnita está cada vez más clara: este es el mayor despliegue de fuerzas estadounidenses en el Caribe desde la invasión de Panamá en 1989 para derrocar al mandatario Manuel Antonio Noriega, a quien Washington acusaba -por cierto- de narcotráfico.

La misión cuenta con una decena de barcos militares estadounidenses, incluyendo destructores lanzamisiles, buques de asalto anfibio, un submarino, aviones espías, cazabombarderos F35 de última generación, bombarderos B52, helicópteros usados para el transporte de fuerzas especiales y, próximamente, el portaaviones USS Gerald R Ford, el buque de guerra más grande del mundo, con capacidad para transportar 90 aviones.

BBC:

La magnitud de este despliegue unida a las duras críticas lanzadas por el gobierno de Trump contra el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, a quien EE.UU. acusa de ser jefe de un supuesto grupo terrorista llamado “cartel de los soles”, han generado mucha especulación sobre la posibilidad de que el objetivo final de este despliegue sea lograr un cambio de gobierno en Venezuela.

Sea como sea, el gobierno de Trinidad y Tobago, no solamente ha ratificado su pleno apoyo a la operación estadounidense, sino que la semana pasada recibió la visita de uno de los barcos de guerra pertenecientes a esa flotilla: el USS Gravely, un destructor lanzamisiles con capacidades de lucha aérea, submarina o de superficie, y capaz de transportar helicópteros.

La presencia de esta embarcación en Trinidad y Tobago, el país del Caribe más próximo geográficamente a Venezuela -apenas hay unos 11 kilómetros entre los puntos más cercanos de ambos países-, en este contexto incrementó las tensiones entre Puerto España y Caracas.

Pero, ¿por qué Trinidad y Tobago se está alineando de forma tan firme con EE.UU.?

Impotentes ante los carteles

EPA: La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, ha ofrecido su apoyo total a EE.UU.

En su defensa de la operación estadounidense, la mandataria de TT destacó el aumento de asesinatos, la violencia, la actividad de bandas criminales y de los delitos financieros que han vivido los países del Caribe en años recientes por al auge de las redes de tráfico de drogas, de armas y de personas.

“La mayoría de los países del Caribe, y en particular Trinidad y Tobago, han estado enfrentando una criminalidad fuera de control durante los últimos 20 años. Los pequeños estados insulares como el nuestro simplemente no cuentan con los recursos financieros ni militares para enfrentarse a los carteles de la droga”, dijo.

Agregó que los carteles se han infiltrado en las altas esferas de la sociedad en esos países, obteniendo influencia en distintos sectores desde la política y las finanzas hasta la seguridad y los medios de comunicación, lo que debilita la capacidad de los gobiernos de tomar medidas efectivas para contrarrestarlos.

¿Tiene razón la mandataria?

“Algunos podrían sentirse inclinados a estar de acuerdo o incluso apoyar la postura de Kamla Persad-Bissessar, dada la creciente violencia armada que ha sacudido la región en los últimos años. Es cierto que el tráfico ilegal de armas pequeñas y ligeras representa un problema grave para nuestra región, ya que muchas de esas mismas armas terminan en manos de narcotraficantes que cometen algunos de los crímenes más atroces que conmocionan la conciencia de la humanidad”, dice Emanuel Quashie, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI) en Mona (Jamaica), a BBC Mundo.

“Sin embargo, hacer explotar embarcaciones en nuestras aguas caribeñas no resolverá este problema, ya que el origen del mismo es el tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos”, agrega.

Gregg Macready/Royal Navy/PA: La ruta marítima es una de las preferidas por los carteles para traficar la droga.

Quashie asoma una hipótesis distinta para explicar el apoyo de Trinidad y Tobago a la operación estadounidense.

“En el sistema internacional, los Estados más débiles que no cuentan con capacidades militares suficientes para defenderse eficazmente por sí solos y que solo pueden ejercer una influencia muy limitada en la esfera internacional como aliados valiosos o potenciales de una gran potencia, a menudo se ven obligados a realizar un acto de equilibrio frente a los asuntos más urgentes tanto a nivel regional como internacional”, dice.

“Por lo tanto, no me sorprende ver que algunos Estados miembros del Caricom -aunque no estoy de acuerdo con su postura- parecen haberse alineado con Estados Unidos en algunos de los temas regionales más apremiantes”, agrega.

Siguiendo este razonamiento, hay analistas que consideran que Trinidad tiene motivos legítimos para apoyar a EE.UU, dado que necesita del apoyo de ese país para impulsar su producción de gas natural.

Otros, por su parte, destacan que aunque TT no tiene un rol protagónico en el tráfico de drogas por el Caribe, sí es usado por los carteles para almacenar, empaquetar y distribuir los narcóticos antes de su envío a Europa o Estados Unidos.

Según dijo Garvin Heerah, un experto en seguridad del país caribeño, a The New York Times: “Trinidad funciona como una base de operaciones dentro de una cadena de tráfico más amplia y bien estructurada”.

Diplomacia en aguas revueltas

El apoyo inicial de Persad-Bissessar al despliegue militar en el Caribe despertó críticas dentro y fuera de Trinidad y Tobago. Estas se han incrementado en la medida en que EE.UU. pasó del despliegue a la acción militar, destruyendo embarcaciones tripuladas sin que hubiera antes algún intento de detenerlas para someter a sus tripulantes a un proceso judicial con las debidas garantías, que era el procedimiento usual en estos casos.