Los países de América Latina siguen con atención la crisis política en Venezuela, debido a las consecuencias que puede ocasionar en la región.
Tras las elecciones en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador pese a que la oposición presentó las actas que revelan la victoria de Edmundo González, existe el temor de que el conflicto por los resultados impulse un nuevo éxodo como el que ya generó el mayor movimiento migratorio en la historia de América Latina.
El gobierno del presidente chileno, Gabriel Boric, llamó incluso a prepararse para una nueva ola migratoria de venezolanos y propuso a sus pares latinoamericanos acordar “cuotas” de migrantes venezolanos que cada país esté dispuesto a acoger en medio del conflicto por las actas.
Edmundo González y la dirigente María Corina Machado sostienen que la oposición obtuvo 67% de los votos frente a 30% de Maduro, según 80% de las actas de votación que han publicado en plataformas digitales.
Maduro, quien fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral sin haber hecho públicas las actas que respalden ese resultado, insiste en que la oposición busca un golpe de Estado.
En medio de la pugna, el presidente venezolano pidió al Tribunal Supremo de Justicia que haga un peritaje de las actas.
Camila Vallejo, vocera del gobierno de Boric, dijo que la propuesta de cuotas está inspirada en la gestión migratoria que han hecho los países europeos frente a crisis recientes, como la llegada de refugiados ucranianos que escapaban de la invasión rusa.
“La migración de venezolanos nunca ha cesado a nuestro país”, señaló Vallejo el 2 de agosto, cinco días después de los comicios en Venezuela. “Pero, evidentemente, dado los últimos hechos y acontecimientos, lo que ha hecho nuestro gobierno es prepararse para esa posibilidad”.
La migración venezolana
Al menos 7,7 millones de personas emigraron de Venezuela durante la última década, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
De ellos, 6,5 millones se encuentran en América Latina y el Caribe, indica la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), conformada por más de 200 organizaciones de asistencia humanitaria en 17 países de la región.
Se estima que otros cinco millones de venezolanos estarían dispuestos a emigrar del país en los próximos 6 meses si esta crisis política no se resuelve con la salida de Maduro del poder, de acuerdo con una encuesta recabada en junio por la consultora venezolana ORC Consultores.
“La migración venezolana ha planteado desafíos humanitarios, económicos y sociales para los países de acogida en la región”, dijo a BBC Mundo Diego Beltrand, Director Regional encargado para las Américas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Beltrand explicó que para afrontar esos retos, los gobiernos latinoamericanos “han tenido que coordinar esfuerzos para ofrecer asistencia inmediata, protección y oportunidades de integración a millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela”.
Colombia encabeza la lista de países receptores de venezolanos, con 2,85 millones de personas que emigraron desde el país vecino. Le sigue Perú con 1,5 millones y Brasil, con más de 568.000 personas. En cuarto lugar figura Chile, con más de medio millón de migrantes venezolanos, reporta R4V.
“La migración venezolana en América Latina ha tenido un impacto tremendo en la región por la magnitud y la velocidad de salida de la población”, explicó Carolina Jiménez Sandoval, directora de la sede en Washington de WOLA, una ONG especializada en migración y derechos humanos.
México y los países de Centroamérica también sehan visto perjudicados por el paso de millones de venezolanos por sus territorios en ruta hacia Estados Unidos, que a su vez ha recibido un flujo inédito de migrantes de este país.
Solo en 2023 se registraron 3,2 millones de detenciones de venezolanos en la frontera sur, según reportes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
El gobierno del presidente Joe Biden ha aprobado medidas enfocadas en los venezolanos, desde la aprobación de permisos humanitarios (parole) y estatus de protección temporal para facilitar permisos de empleo (TPS, por sus siglas en inglés), hasta el bloqueo de la frontera con México para frenar la llegada de migrantes irregulares al país.
A pesar de ello, 2,4 millones de venezolanos fueron capturados en la frontera sur durante el primer semestre de este año, una cifra que supera la tendencia registrada para la misma fecha en los años previos.
En este panorama, Jiménez advierte que el país más perjudicado es Venezuela. “Se está perdiendo el bono demográfico y una parte muy importante de la población económicamente activa“, indica.
“Que se siga perdiendo un capital humano fundamental hiere profudamente a Venezuela”.
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