Con la banda presidencial albiceleste recién cruzada sobre el torso, Javier Milei pronunció su primer discurso como jefe de Estado argentino este domingo para anunciar ajustes dolorosos y prometer “luz al final del camino”.
El mensaje del libertario contrastó con sus antecesores en los últimos 40 años de democracia argentina hasta en los símbolos: en vez de dirigirse a la Asamblea Legislativa, habló a sus seguidores desde las escalinatas del Congreso.
Fue otra forma en que el economista de 53 años, electo el mes pasado con un discurso antisistema, marcó distancia de una clase política a la que suele definir como “casta”, aunque como flamante presidente evitó usar ese término o acusar a sus antecesores de corrupción.
Tampoco anunció medidas concretas, pero en su mensaje de casi media hora Milei advirtió a sus opositores que tendrá firmeza para impulsar reformas que a su juicio abrirán un “nuevo contrato social” en el país.
A continuación, cinco frases destacadas del primer discurso de Milei como presidente, que también fue presenciado desde el lugar por jefes de Estado y representantes de otros países, aunque hubo ausencias notorias como la de su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva:
1. “No hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock”
Milei dejó en claro que evitará medidas graduales para aplicar un ajuste fiscal de cinco puntos del Producto Bruto Interno (PBI) en el sector público, “que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”.
“No hay alternativa posible al ajuste, tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo”, dijo y argumentó que todos los programas que se inclinaron por la última opción en el país “terminaron mal”.
“Para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento y lamentablemente, tengo que decírselos de nuevo, no hay plata”, señaló.
Su definición de que el ajuste recaerá sobre todo en el Estado marca un matiz con lo dicho por él mismo a lo largo de la campaña, cuando prometía que los cambios los pagaría la “casta” política en particular.
2. “Sabemos que en el corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos”
Milei también anticipó sin ambages que “las duras decisiones” que prevé tomar en las próximas semanas tendrán un costo importante, pero las presentó como inevitables.
En particular, dijo que su ajuste fiscal “impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”.
“Habrá estanflación”, anticipó en referencia a una situación especial de la economía en que se producen a la vez estancamiento e inflación.
Sin embargo, afirmó que eso “no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años” en Argentina, donde “el PBI per cápita ha caído 15%”.
En otro momento de su discurso citó una frase de Julio Argentino Roca, quien gobernó el país entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, en la que habló de “supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.
Si bien evitó los detalles, se espera que las reformas que Milei impulsará, ya sea a través de un decreto de urgencia o una “ley ómnibus” con diversas medidas, incluyan recortes del Estado, desregulación económica, cambios impositivos y privatizaciones.
“Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”, prometió. “Habrá luz al final del camino”.
3. “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”
El nuevo presidente argentino dedicó buena parte de su discurso de asunción a describir la situación actual del país como desoladora.
Por ejemplo, afirmó que el kirchenrismo, el sector del peronismo liderado por la vicepresidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner, dejó un superávit fiscal y externo equivalente a 17% del PBI.
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