Los tiroteos y ataques con explosivos en manos de los grupos criminales que vienen golpeando a las ciudades más grandes de Suecia se han extendido a las afueras y a los pueblos más tranquilos del país.
El avance del delito ha destrozado la reputación de una nación que era considerada segura y pacífica.
A media hora del centro de Estocolmo se encuentra la localidad de Upplands-Bro, un lugar que cuenta con clubes náuticos junto al lago, pueblos hechos en madera de color rojizo y apartamentos rodeados de pinos y píceas.
Pero en agosto pasado, apareció muerto en un bosque un chico de 14 años. Desde enero, se han producido varios tiroteos y ataques con explosivos contra algunas casas y apartamentos de la zona.
“Es horrible. Nos han despertado las explosiones. Da miedo”, dice Anna Petterson, de 42 años, que vive en Bro y tiene tres hijos. “Es algo de lo que estamos conscientes, de lo que hablamos mucho. Tenemos miedo”.
Suecia es desde hace varios años un foco europeo de tiroteos y atentados relacionados con bandas criminales. Pero la violencia de este último tiempo se ha desplazado más allá de las zonas urbanas vulnerables y de bajos ingresos.
La policía dice que una de las razones es que los miembros de las bandas atacan cada vez más a los familiares de sus rivales.
Los detectives sospechan que algunos de los últimos actos de violencia han sido organizados por líderes criminales radicados en otros países, como Turquía y Serbia.
La expansión del crimen
En lo que va del año, más de 50 personas han muerto en tiroteos y se han producido más de 140 explosiones en el país nórdico.
El año pasado, más de 60 personas murieron por violencia armada, lo que representa la cifra más alta registrada.
“Lo que empezó como violencia armada entre bandas de jóvenes criminales que buscaban defender su territorio se ha convertido en un círculo vicioso de tráfico de armas de fuego y violencia armada”, explica Nils Duquet, investigador sobre armas de fuego del Flemish Peace Institute de Bruselas.
“Las bandas también han crecido y ya no son solo los delincuentes callejeros, sino que también están conectadas con criminales de más alto nivel“.
Entre los muertos también hay personas inocentes que pasaban por la calle.
En septiembre, un hombre de 70 años y otro de 20 murieron en un tiroteo en un bar de Sandviken, en el centro de Suecia, y una profesora recién licenciada, de 24 años, falleció producto de una explosión en las afueras de la ciudad universitaria de Uppsala.

Poco después, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, pronunció un inusual discurso nacional en el que admitió que “ningún otro país de Europa” vive este tipo de situación y prometió endurecer las penas por violencia mortal.
Evin Cetin, autor y abogado que ha representado a adolescentes víctimas y sospechosos de tiroteos, asegura que las bandas reclutan a niños de tan sólo 13 o 14 años a menudo mediante promesas de dinero y ropa de diseño a través de las redes sociales.
“Los niños utilizan sus propios bolsos, no para llevar libros, sino para cargar sobre sus espaldas el mercado de la droga ilegal en Suecia”, le explica a la BBC Cetin en una visita a Upplands-Bro como parte de un recorrido por las escuelas de más de una docena de zonas afectadas por la delincuencia.
Otros intentan atajar el problema organizando patrullas callejeras en zonas afectadas por las drogas y la violencia.
“Salir caminando y andar por ahí charlando con nuestros hijos aumenta la seguridad”, dice Libaane Warsame durante un paseo nocturno por Jarva, al norte de Estocolmo, en una noche de viernes húmeda y ventosa.
Jarva se parece a muchos suburbios suecos, con bloques de apartamentos bien mantenidos, algunas tiendas y un bosque cercano.
La principal diferencia es que es más multicultural que muchos otros barrios y tiene la tasa de desempleo más alta de Estocolmo.
Te puede interesar
Francia Márquez, vicepresidenta de Colombia: “A mí no me eligieron en este gobierno para guardar silencio cuando tengamos errores”
Por qué la decisión de Alemania de aumentar gasto militar es un cambio en la defensa de Europa tras el regreso de Trump
Jurado declara culpables a dos hombres por muerte de 53 migrantes en Texas