En el contexto de la guerra entre Israel y Hamás, para bien o para mal, hay muy pocas personas cuyo nombre se recuerde más que el del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El atentado terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 se cobró la vida de unos 1,200 israelíes y provocó la toma de más de 200 rehenes por parte de esta organización, considerada terrorista por Estados Unidos, Israel, la Unión Europea y otros países.
Los sondeos siguen apoyando a Netanyahu
En general, la opinión de los israelíes sobre Netanyahu ha ido cambiando a lo largo del conflicto. Según un sondeo de opinión realizado en agosto por el diario israelí Maariv, si las elecciones se celebraran ahora, el partido Likud de Netanyahu recibiría 22 escaños, lo que lo convertiría en el mayor partido de Israel, superando al partido Unidad Nacional de Benny Gantz.
Además, por primera vez desde el 7 de octubre, son mayoría las personas que piensan que Netanyahu es más adecuado para el cargo de primer ministro que Gantz (42 frente al 40 por ciento).
Gantz, antiguo jefe del Ejército que goza del apoyo de los israelíes liberales, formó parte del Gabinete de Guerra de Netanyahu antes de abandonarlo en junio debido a la preocupación por las decisiones del primer ministro israelí durante la guerra.
Hace solo unos meses, las encuestas mostraban un panorama bastante diferente, con Netanyahu a la zaga en ambos aspectos.
Netanyahu, en desacuerdo con las familias de los rehenes
Uno de los mayores problemas a los que se ha enfrentado Netanyahu es el conflicto con la mayoría de las familias de los rehenes israelíes. Una de las personas que más ha criticado al primer ministro israelí en los últimos meses es Einav Zangauker, cuyo hijo Matan lleva 10 meses secuestrado por Hamás en Gaza.
Zangauker, madre soltera, dijo que solía apoyar a Netanyahu antes de la guerra. Pero su gestión de las negociaciones para la liberación de los rehenes la ha convencido de lo contrario debido a lo que muchos en Israel creen que son los intentos de Netanyahu de impedir un acuerdo.
“Netanyahu es el primer ministro más negligente, cruel y mentiroso de la historia del Estado de Israel”, dijo en declaraciones recogidas por el medio israelí Ynet. “¿De verdad cree que tanto el público como las familias de los rehenes son estúpidos?”.
Al parecer, altos cargos del equipo negociador israelí se hicieron eco de un sentimiento similar en las conversaciones con Netanyahu, quien, según fuentes de seguridad citadas por el canal de televisión N12, “no quiere un acuerdo en este momento… Ha renunciado a los rehenes”.
Esto contrasta fuertemente con la postura de la opinión pública israelí sobre llegar a un acuerdo con Hamás y traer a los rehenes a casa. Una encuesta realizada en julio por el Instituto Israelí para la Democracia (IDI, por sus siglas en inglés) reveló que el 56 por ciento de los israelíes cree que el país debería aceptar poner fin a la guerra y retirar totalmente a su Ejército de la Franja de Gaza, a cambio de traer de vuelta a casa a los rehenes israelíes. El 29,5 por ciento opina que solo estaría dispuesto a aceptar un cese temporal de la guerra como parte de un acuerdo sobre los rehenes.
El “Bibismo”
Hasta cierto punto, el apoyo a Netanyahu tiene sus raíces en un término que se ha convertido en parte integrante del discurso político israelí: el “Bibismo”.
El Bibismo, llamado así por el apodo de Netanyahu, “Bibi”, es la postura política que apoya todas las decisiones del primer ministro israelí, independientemente de si se ajustan a una determinada agenda o dirección política.
La expresión más destacada del Bibismo se refleja en la cobertura de la emisora comercial Canal 14, que se considera políticamente favorable a Netanyahu, donde destacados partidarios de Netanyahu analizan favorablemente las decisiones del primer ministro.
Se retrasa la decisión sobre la investigación del 7 de octubre
Eso no quiere decir que los israelíes no piensen que Netanyahu tiene algunas preguntas que responder. De hecho, la creación de una comisión independiente que investigue los errores que posibilitaron el ataque del 7 de octubre cuenta con el respaldo de la mayoría de los israelíes.
Mientras que el 46 por ciento del público cree que dicha investigación debe echar a andar de inmediato, la mayoría de los votantes del partido Likud (59 por ciento) apoyan la postura de Netanyahu, que sostiene que la investigación debe ininiciarse una vez que haya terminado la guerra.
Netanyahu, por su parte, se ha estancado en la decisión sobre la naturaleza exacta de la investigación. Y se inclina por abrir una investigación dirigida por el Gobierno, en lugar de una independiente, que probablemente sea más crítica con él.
Por otro lado, el primer ministro israelí también se enfrenta a desafíos dentro de su propio Gobierno. En lo que respecta a las negociaciones con Hamás sobre un acuerdo de rehenes, el ministro de Defensa, Yoav Galant, ha respaldado a menudo la opinión de las autoridades de seguridad israelíes de que dicho acuerdo debe alcanzarse lo antes posible.
El estatuto internacional de Israel
Cuando llegue noviembre, los ojos del mundo estarán puestos en las elecciones de Estados Unidos y en su resultado. En Israel, el aliado más cercano de EE. UU en Oriente Próximo, el público estará interesado en ver quién se convierte en el próximo presidente y cuál es su enfoque en lo que respecta a Israel y su conflicto con los palestinos.
Durante su reciente visita a Estados Unidos, Netanyahu se reunió con la candidata demócrata Kamala Harris y con el ex presidente Donald Trump. Ambos candidatos expresaron su apoyo a un acuerdo que traiga de vuelta a casa a los rehenes israelíes y ponga fin a la guerra.
Las relaciones de Israel con la Unión Europea también distan mucho de ser perfectas. Países como España e Irlanda han estado presionando para que se impongan más sanciones contra Israel o sus funcionarios debido a su operación en Gaza, pero hasta ahora, miembros de la UE proisraelíes como Alemania, Chequia y Hungría han bloqueado tales medidas.
El responsable de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, sostuvo recientemente que el bloque debe estudiar la posibilidad de imponer sanciones a los ministros israelíes de extrema derecha Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, después de que ambos pidieran que se detuvieran los envíos de ayuda civil y combustible a Gaza.
Los procedimientos judiciales internacionales también pueden ser decisivos para dar forma al legado de Netanyahu en el extranjero. En mayo, la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de arresto contra Netanyahu y su ministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos durante la guerra. La Corte Internacional de Justicia también está examinando un caso presentado por Sudáfrica en diciembre de 2023, que acusa a Israel de cometer genocidio en Gaza. Israel y Netanyahu han rechazado estas acusaciones.
Mientras el estatus internacional de Israel empeora a medida que la guerra se prolonga y los conflictos al interior de la sociedad israelí se hacen cada vez más presentes, queda por ver si Netanyahu -el primer ministro israelí que más tiempo lleva en el cargo- optará por poner fin a la guerra.
Él lo sabe muy bien: su legado como líder de Israel depende del resultado.
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