(Con información de Inner City Pres) – El quinto día del juicio contra Juan Orlando Hernández se destacó porque la defensa intentó desacreditar las pruebas de las llamadas “narcolibretas”, ya que se cuestionó la legitimidad de la cadena de custodia y de que la referencia a JOH se vinculara al acusado, mientras un exintegrante del mexicano cártel de Sinaloa aseguró que le aportó el 2013 2.4 millones de dólares para la primera campaña presidencial del exmandatario hondureño.
Las “narcolibretas” contienen registros que hacen suponer, según la Fiscalía estadounidense, pagos al expresidente hondureño ya que tenía las siglas de “JOH” y que ya fueron utilizadas en el juicio de su hermano Juan Antonio “Tony” Hernández, el cual fue declarado como culpable por el jurado.
La sigla de JOH fue popularizada por el propio exmandatario durante su campaña electoral.
Posteriormente hubo un alegato entre la fiscalía de Nueva York y la defensa de Juan Orlando Hernández en cuanto a un informe de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN) del Ministerio Público sobre la cadena de custodia de las narcolibretas.
En ese sentido, el abogado defensor Renato Stabile pidió que volviera al estrado el exagente de la DLCN Miguel Reynoso a quien interrogó sobre el informe.
Reynoso indicó que conocía el documento, pero que él no lo redacto.
Al final el juez Kevin Castel rechazó que el documento fuese admitido en la corte y que fuese conocido por el jurado.
El documento también hacía referencia a una investigación por lavado de activos de Nery Orlando López Sanabria, alias Magdaleno Meza, de parte del Ministerio Público.
Otros testigos
La fiscalía presentó al traductor Manuel Prado como parte de sus testigos contra Juan Orlando Hernández, señalando que revisó videos, audios y mensajes de textos relacionados con el caso, pero tras un interrogatorio de la defensa el juez Castel lo desestimó por errores encontrados en el documento.
Mientras, la fiscal Elinor Tarlow subió al estrado como testigo a una agente de la Oficina de Lucha contra el Narcotráfico (DEA, por sus siglas en inglés), que fue identificada bajo el seudónimo de “Jennifer Taul”.
“Taul”, que tiene una larga carrera en la agencia antidroga que la ha llevado a Colombia, Venezuela, México, Afganistán y Honduras, fue interrogada por la fiscal Tarlow e inicialmente le hizo preguntas que acreditará su conocimiento del mundo del narcotráfico a nivel global y de Centroamérica en particular.
La oficial de la DEA, quinto testigo de la fiscalía, explicó que la droga traficada provenía de Colombia, pero era enviada después a Venezuela y luego llegaba a territorio hondureño. Luego desde la ciudad de San Pedro Sula se trasladaba al municipio de El Paraíso, Copán, antiguo fortín del cártel de los hermanos Ardón (Alexander y Hugo), para luego seguir a Guatemala.
“Taul” detalló que la operación era coordinada por los cárteles mexicanos de la droga, que a su juicio tienen una influencia significativa en Honduras y Guatemala.
El transporte de la droga se realiza por vía aérea, aviones fumigadores y de pasajeros, explicó la agente.
La defensa del acusado hizo pocas preguntas a la agente de la DEA referidas a los señalamientos al imputado.
Otro millón de dólares
Pero el remezón del quinto día del juicio de Estados Unidos contra Juan Orlando Hernández estuvo reservado para el sexto testigo de la fiscalía, ya en horas de la tarde.
La fiscal Tarlow presentó como testigo al narcotraficante colombiano identificado como Luis Pérez, se desconoce si es su nombre real o un seudónimo, como un integrante del cártel de Sinaloa y que operó en Honduras, donde se vinculó con diversos personajes gubernamentales.
Pérez negoció su entrega a Estados Unidos, tras ser acusado formalmente, el 2015 en Belice y se declaró culpable en junio de tráfico de drogas.
También le dijo a la fiscal neoyorkina que aceptó testificar para la fiscalía en los casos presentados a cambio de una reducción de su pena a 75 meses, seis años con tres meses, que ya cumplió pero que sigue al servicio de los fiscales en sus casos antidrogas en los tribunales.
La fiscal Tarlow le preguntó a Pérez cuanta droga había traficado a Estados Unidos, respondiendo que 200 mil kilos de cocaína, lo cual le reportaba una ganancia de 50 millones de dólares.
A la pregunta de la fiscal estadounidense que si parte de esas ganancias la dedicó a financiar la campaña electoral del acusado (Juan Orlando Hernández), Pérez admitió que sí ofreció proporcionar 2.4 millones de dólares.
En su relato, el narcotraficante colombiano indicó que le dio el dinero para la campaña de Juan Orlando a una persona que identificó como “Mario”, del cual dijo que era el segundo funcionario de mayor rango en la Portuaria de Cortés el 2013, para la primera campaña presidencial del acusado.
Señaló que antes de conocer a “Mario”, transportaba 10 mil kilos de cocaína mediante contenedores de Colombia a través de Puerto Cortés.
Indicó que “Mario” le fue presentado por Fabio Lobo (hijo del expresidente Porfirio Lobo) y Fredy Nájera (diputado en el Congreso Nacional).
Pérez dijo que “Mario” le solicitó un millón de dólares para la campaña de Hernández, y que le pagó en dos ocasiones por un valor de 500 mil dólares cada uno, señaló el testigo a la fiscal Tarlow.
Pero el testigo detalló que el dinero del millón de dólares fue proporcionado por Arnulfo Valle, del cártel de los hermanos Valle.
Igualmente relató que participó de una reunión entre los Valle y Juan Antonio “Tony” Hernández para tratar la elección de Juan Orlando Hernández.
El defensor Juan Orlando Hernández, Raymond Colon, interrogó a Pérez y le pidió que dijera si tenía un acuerdo de cooperación con el gobierno estadounidense, situación que admitió.
También le dijo a Colon que había conseguido licencia de conducir y documentación mexicana como pasaporte y visa.
También reveló Pérez que reclutó a una diplomática de la embajada israelí en Bogotá para que transportará 150 millones de dólares de San Pedro Sula a Bogotá entre 2008 y 2010.
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