Los líderes de los 32 países de la OTAN se reunirán esta semana para celebrar los 75 años de la alianza militar “más fuerte y exitosa de la historia”, como la calificó el saliente secretario general del grupo, Jens Stoltenberg, en una entrevista con DW.
Desde la invasión rusa a Ucrania, la OTAN se ha revitalizado. Los aliados han expandido gradualmente su apoyo militar y financiero a Ucrania, incluso a pesar de que ese país no pertenece a la alianza. Además, ha elaborado nuevos planes para su defensa y desplegado más fuerzas en los estados limítrofes con Rusia, y ahora dispone de 500,000 soldados listos para combatir en Europa.
También ha dado la bienvenida a dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia, dos democracias con fuerzas armadas modernas. Además, los miembros de la OTAN ahora invierten más en defensa: de los nueve países que en 2021 gastaban el dos por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en ese sector, se pasó a veintitrés.
¿Está Biden a la altura del puesto?
La cumbre en Washington servirá para enviar una señal de fuerza y unidad. Sin embargo, la reunión corre el peligro de verse eclipsada por la política interna de Estados Unidos. Dado que el presidente Joe Biden enfrenta fuertes cuestionamientos sobre su capacidad para conducir al país y ganar la reelección, para muchos en Europa parece cada vez más probable un nuevo mandato de Donald Trump.
En su período, Trump criticó reiteradamente a la alianza y amenazó con hacer pagar a los europeos por la protección estadounidense. Recientemente, durante la campaña electoral, llegó incluso a sugerir que Rusia podría “hacer lo que quisiera” con los miembros de la OTAN que no cumplieran con sus objetivos de gasto en defensa.
Una OTAN a “prueba de Trump”
Aun cuando es poco probable que Trump se retire por completo de la OTAN, muchos sí esperan que reduzca sustancialmente el papel de Estados Unidos en la seguridad de Europa. Para una alianza que ha estado dominada por el enorme poder militar estadounidense, eso podría tener consecuencias significativas.
Stoltenberg y muchos europeos son “muy autocomplacientes”, dice Majda Rude, investigadora del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. La experta señala que aún hay nueve países, entre ellos Canadá, España e Italia, que gastan menos del dos por ciento de su PIB en defensa.
“Los ajustes necesarios en términos de presupuesto, planificación, estrategia y aceptación pública no se harán de la noche a la mañana”, explica Ian Lesser, miembro del grupo transatlántico de expertos German Marshall Fund, que cita como ejemplo la necesidad de construir una base industrial de defensa más fuerte en Europa, un esfuerzo que podría tomar décadas.
Esto podría afectar también al apoyo occidental a Kiev. En su cumbre de Washington, los líderes de la OTAN darán luz verde a un plan que permitirá a la alianza liderar la coordinación de la ayuda en seguridad para Ucrania y entrenamiento para sus fuerzas.
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